En Huanchaco siguen una costumbre antiquísima que es la pesca en caballitos de totora, especies de canoas hechas de totora con las que también se deslizan por las olas cuando regresan a la costa.
Ahí nos reencontramos con los nonos y estuvimos otro poco en familia, ahora los extrañamos...(especialmente yo porque Diego no tiene corazón).
La ciudad era muy linda y tranquila y la pasamos muy bien.
2 comentarios:
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si, la verdad que la pasamos muy bien. Se extrañó un poco el sol.
besos
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